Tenemos nuestras reuniones de células todos los miércoles a las 7:30 pm vía Zoom.

Pocas cosas han afectado positivamente a las Iglesias en todo el mundo, tan dramáticamente como las celulas.
 
Muchos hombres de Dios coinciden en afirmar que este es el tiempo de Dios para levantar la grande cosecha; descubriendo el grande potencial del ministerio celular para alcanzar las almas para Cristo. Se sienten cada vez más en la necesidad de implementarlo; no solo por el hecho de desarrollar un evangelismo con grandes posibilidades de conversión, sino a la vez, este ministerio permite que los miembros comiencen a encontrar sus propios roles.
 
Por ejemplo: Todos se dan cuenta de la capacidad que tiene Ernesto para aconsejar, la capacidad de Silvia para dirigir, la facilidad de Alberto para predicar, Ignacio para adorar o de Arturo para liderar.
 
Todos esos dones o talentos se enfocan a la evangelización como actividad primaria pero paralelamente y sin considerar de menos importante el descubrimiento de dones o talentos de los nuevos convertidos con la intención de prepararlos para cuando la célula esté lista para dar a luz otra célula idéntica; sean los nuevos convertidos quienes empiecen a liderar con el nuevo grupo bajo cierto roll de supervisión y apoyo de los actuales líderes.
 
A través de la Palabra de Dios, nos damos cuenta que en la Iglesia Primitiva, el corazón mismo de la iglesia fue el movimiento celular. El Espíritu Santo, trabajando a través de la iglesia quienes se reunían en los hogares, encendió una explosión que aún hoy nosotros podemos experimentar.
 
Hechos 2:46-47 declara: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
 
En Hechos 16:5 también encontramos esta verdad: “Así que las Iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en números cada día.”
 
Estos son algunos de los muchos pasajes de la Biblia que revelan, base bíblica para el trabajo celular.
 
Los discípulos experimentaron el poder de los grupos pequeños en casas durante sus años con el Maestro. El apóstol Pablo, aun que no fue uno de los doce discípulos originales, siguió el mismo modelo. Después de varios años de ministerio, reiteró su estrategia a los ancianos de Éfeso. 
 
Nuestra iglesia, hoy en día, se reúne semanalmente en distintos hogares para predicar la Palabra de Dios, logrando no solo que los miembros de nuestra congragación, quienes apoyan la reunión, sean fortalecidos, instruidos, exhortados, animados y confrontados con la misma Palabra de Dios, sean también, participes de el grande propósito de alcanzar la conversión de las nuevas almas para Cristo a través de la predicación de la Palabra tal y como lo declara Hechos 5:42: “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.”